Pasando por alto la eterna pregunta de si el emprendedor nace o se hace, de lo que no nay duda es de que hay que tener una serie de cualidades como persona para ejercer la “profesión de emprender”.
20 años de emprendimiento constante me han llevado a entender que sin estas cualidades es difícil soportar los vaivenes emocionales, relacionales y de autoconocimiento de esta aventura. Si nos ponemos a buscar seguro que saldrían muchos más, pero son estos los que realmente marcarán la diferencia entre sostenerse en el tiempo por al carencia de alguna de ellas. Allá vamos:
- Resiliente
La cualidad de resurgir de las cenizas o de convertir en oportunidad todo lo que pasa en tu proceso, es una cualidad directamente asociada al avance de manera decidida hacia ese objetivo que te has marcado.
Es indiscutible que todo proceso de emprendimiento que se precie pasa por todo tipo de fases, unas mejores y otras peores, pero lo importante entender que todas ellas forman parte de tu proceso, y de cómo las utilices depende tu aguante y evolución.
- Astuto
Llámalo astucia, viveza, agilidad de pensamiento y acción o como quieras, pero el resultado es el mismo. Ver la cosecha cuando otros ni siquiera ven a semilla demuestra una astucia para tomar las mejores decisiones en las situaciones más comprometidas o en los momentos más trascendentes.
Ser lo que comúnmente se llama “el más listo de la clase” te mantiene siempre en la pomada y marca la diferencia entre q¡aquellas personas que avanzan y las que avanzan a otra velocidad, que es la que permite un crecimiento exponencial.
- Simpático
El crecimiento de un proceso de emprendimiento depende de las relaciones que se mantienen con el ecosistema del que formas parte, a saber: clientes, proveedores, socios, competencia, … La cualidad de resultar una persona simpática para todas las partes allana sobremanera el camino a recorrer, ya que te abre las puertas que necesitas de una manera muchas más rápida y eficaz.
Desde mi punto de vista, una buena agenda de relaciones es parte de la clave del éxito del crecimiento de una actividad profesional, y para mantener esta lista actualizada y activa es necesario mantener una relación saludable y simpática con quienes la integran.
- Despiadado
No confundir con maldad. Y no confundir con hacia los demás, hay que ser implacable y despiadado pero consigo mismo. Tanto en la toma de decisiones como el propio reconocimiento de decisiones mal tomadas o gestionadas, nunca debes de auto – complacerte con excusas que te brinden un acomodo nefasto para los intereses de tu crecimiento y el de tu proyecto.
- Paciente
Hay una cita que dice que las personas no tienes paciencia para trabajar tres años y esperar que no proyecto funciones pero sí la tienen para ir durante 30 años a trabajar a un sitio que no es gusta en un trabajo que no les hace felices.
Desde mi punto de vista, la única manera de ser paciente es si tienes un plan, solo de esta manera se puede esperar el tiempo necesario para que las cosas sucedan (hay que hacerlas suceder).
La persona emprendedora es un ser raro que ha decidido no trabajar un solo dais de su vida pero sin embargo esta todo el día trabajando, la diferencia está en definir en para quién trabaja. Mi lema: emprende en ti.